lunes, 29 de septiembre de 2008

Sagas #1: los bostonianos Pixies

Los bostonianos Pixies estuvieron en estado de gracia entre 1988 y 1990. Tres años para grabar tres enormes discos: Surfer Rosa, Doolittle y Bossanova.

Con Doolitle alcanzaron su cima artística, sin embargo Gog prefiere Surfer rosa; en él hay mucha más presencia de la voz femenina que en los otros: disco a disco Black Francis fue relegando del micrófono a Kim Deal.



Producida la desbandada, y antes de que hace un par de años volvieran a reunirse para hacer una gira con fines benéficos (los suyos propios), Kim Deal se empapó de éxito a la primera junto a su hermana Kelley en The Breeders con aquel himno indie que resultó ser «Cannonball».



The Breeders han seguido desde entonces, a la manera del Guadiana, y este mismo año han vuelto a publicar. Y mientras el grupo iba y venía, las hermanas se dedicaron cada una a cultivar sus propios proyectos: The Amps y Kelley Deal 6000 (muy recomendable disco).














Black Francis, que últimamente ha recuperado el brío y nombre artístico, no tuvo tanto gancho con sus Frank Black & The Catholics.




















Joey Santiago y David Lovering se unieron para formar los intranscendentes The Martinis. Lovering se marchó para hacerse científico y eventualmente ha colaborado como músico de estudio. Y Santiago anda componiendo bandas sonoras.


Fueron muy grandes juntos.

En España se les veneró. Grupos como Cecilia Ann, Manta Ray y Velouria sólo tuvieron que echar un vistazo a las contraportadas de sus discos para escoger el nombre artístico.

End of the saga.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Maneras de morir #1

Desde luego que es numeroso el gremio de los suicidas entre los escritores, como se recuerda en este artículo.

En el mundo de la música, sin contar a los suicidas premeditados (a lo Michael Hutchence, Ian Curtis, Kurt Cobain…), parece abundar más el género de los desfasados y autodestructivos hasta el fin de las consecuencias: Janis Joplin, Jim Morrison, Keith Moon, Jimi Hendrix, Richard Hell e infinito etcétera, por citar sólo a algunos clásicos bien conocidos y por no mencionar a los dos ejemplos actuales más obvios que, de momento (y mientras sigan vivos y coleando), tanto juego dan a los periodistas británicos.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Un clásico #2: Pixies


Empieza, seca, la batería, entra un riff de guitarra, que se calla para dejar paso a unas gotas de bajo, suena la voz de Black Francis y reaparece la guitarra, ahora distorsionada; al llegar al estribillo, las voces de Francis y Kim Deal se quedan largamente sostenidas («Beneath the skyyyyyyyyyyyyy»; otra vuelta, de nuevo el sostenido en el estribillo, que ya no para hasta al final mientras se superpone una letanía de Black Francis.

Bossanova es el disco de los Pixies que contiene «Velouria» y «Havalina», dos de sus temas señeros. Pero también incluye esta portentosa «The Happening».

viernes, 26 de septiembre de 2008

El arte del calzador #2: alfabeto Morse

En el libreto interior del cedé, el Sr. Chinarro dedica Ronroneando «A la crítica musical». No puede quejarse de ella, en los últimos tiempos la tiene unánimemente a favor.

El idilio viene de lejos; desde sus textos primerizos Antonio Luque, de acento jerezano y guasa sin guasa a flor de piel, no ha cesado de mostrar un universo poético peculiar, que ahora, menos críptico y revestido con un tempo musical más ajustado, goza de esos merecidos elogios.

El tema recurrente, como casi siempre en el pop, los amores reñidos, pero con sorna y talento para jugar con el lenguaje. Unas cuantas perlas literarias de Ronroneando:

Tímidos del mundo, uníos / un poquito de concentración. / Tímidos del mundo, uníos / que no pare la conversación.

Se dice que si uno no quiere / dos no se pelean. / Pero ha vuelto a pasar. / El bicho que te haya picado / bien merece un documental.

Hay hongos en las rebanadas / del pan nuestro que pedí para mañana. / Viviendo solo sólo leo fechas de caducidad.

Ni un beso más pequeño que el alfabeto Morse / cualquiera puede darlo desde entonces. / apaga y vámonos con la guitarra al porche. / Punto, raya y punto, buenas noches.

Allá donde estén las luces / está la sombra de las cosas.
Y es capaz de meter la expresión alfabeto Morse al final de un verso en un cuarteto memorable:

Ni un beso más pequeño que el alfabeto Morse
cualquiera puede darlo desde entonces.
Apaga y vámonos con la guitarra al porche.
Punto, raya y punto, buenas noches.

(Y puede verse la entrevista [y 2.ª parte] que le hizo Joaquín Reyes.)

¿Y este señor?:
Era el señor Chinarro, el hombrecillo al que los payasos de la tele le hacían la vida imposible.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Gog se souviens #4: Mario Benedetti

Leído «Pacto de sangre», un relato de Mario Benedetti, días después sigue revoloteando dentro de uno la sensación de tristeza y belleza que causa.

Tal vez sean estas pocas páginas algunas de las más hermosas y mejor escritas sobre la vejez y sus alrededores, incluso geriátricamente hablando. Qué apagarse tan bien narrado, qué querer morirse tan bello.

Sobre la abuelescencia; o peor, la decrepitud.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Ette aquí #1

Se ha extendido la moda retro de bautizar a las bandas con nombres terminados en -ettes. Es probable que la reiniciaran The Raveonettes. Les han seguido The Pipettes, The Noisesettes, The Brunettes y, el colmo, The Ettes. De unos pocos años antes son The Marionettes.

¿Para cuándo un grupo patrio que se llame The Juanettes? Bueno, estaba Chiquetete. Y ahora están los adorables Punsetes, nombre inspirado (retorcido homenaje) en Eduard Punset, quien estará pensando «¿Pero tengo yo pinta de tarao?»:



Otro para mantener el orden:



Y unas portadas pintonas:






martes, 16 de septiembre de 2008

Últimamente se está muriendo gente que no se había muerto nunca #3: David Foster Wallace

En Tokyo las tiendas de discos permanecen abiertas por la noche, según cuenta Murakami en Tokio blues (Norwegian wood), que para los que tengan dificultad con el español se escribe así en su lengua original: ノルウェイの森.

Sólo le faltaba al insomnio de Gog que a las tantas de la madrugada pudiera ponerse un pantalón y una camisa encima del pijama para salir a comprar discos.


(Otros coletazos del pensamiento que rabotean hoy por la cabeza de Gog: se puede comprender el suicidio de un fracasado pero no se concibe que un genio ahorque a su talento, ¡con lo que daría cualquiera por poseerlo!, por eso impresiona más [David Foster Wallace colgado de una viga en su casa]; qué sugestivo y otoñal el Mingotes de hoy; qué balsámico y reparador —para cuando alguien necesita que lo arropen— es el tema de Paul Weller que ha inspirado el título de esta entrada.)

domingo, 14 de septiembre de 2008

El friquigorífico #1: «The Man With The Golden Touch»

No es el de la canción de Charles Thomas, pero sin duda aquella podría referirse a este muchacho:


El fútbol como provocación y como sabotaje social. Un genio.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Gramatiquerías #1

Cómo conjugar los verbos en español (remedando un tema de Justin Timberlake):



La clase de gramática llega tarde para Joe Strummer, que en «Spanish Bombs» cantaba algo así como «Yo te quiera ifinito / yo te guarda o ma corasón».

Tampoco importa demasiado, que por aquí se sabe dar hachazos gramaticales con la misma soltura:





martes, 9 de septiembre de 2008

Strano mondo di tanti nomi #3

Patti Smith tuvo un éxito muy sonado gracias al «Because the night» que le cedió Bruce Springsteen. Visto el dinero que se le escapó a la discográfica del Boss con ese éxito, no le dejaron que regalara, como tenía previsto, «Hungry Heart» a… The Ramones.

El tema de The Pretenders «Don’t get me wrong» originariamente estaba compuesto por Chrissie Hynde para cedérsela al tenista-rockero John McEnroe, un asiduo de sus conciertos y al que la propia Hynde le dio algunas clases de guitarra.


Unos años después, saltó la noticia de que McEnroe se había casado con Patti Smith. El círculo hubiera quedado cerrado si no fuera por un quítame de ahí esa vocal y pon otra letra, pues en realidad se trataba de la rockera Patty Smyth.

domingo, 7 de septiembre de 2008

La banda sonora de un libro #1


De haber sido un escritor británico (a lo Nick Hornby), la novela Nocilla Experience, de Agustín Fernández Mallo, se hubiera editado acompañada de un cedé. En él estarían recopiladas los grupos y las canciones que se mencionan en las páginas del libro, a modo de banda sonora para escuchar durante la lectura.

Siguiendo rigurosamente el orden en que aparecen reseñados los intérpretes, la colección quedaría así secuenciada:

1.Jimi Hendrix: «Purple haze»
2.Pearl Jam: «Pilate»
3.DJ Shadow: «Building steam with a grain of salt»
4.Sufjan Stevens: «The vivian girls are visited…»
5.The Beta Band: «Squares»
6.Björk: «Violently happy»
7.Astrud: «Nuestros poetas»
8.Lou Reed: «The day John Kennedy died»
9.Pet Shop Boys: «West end girls»
10.Primal Scream: «Swastika eyes»
11.Chet Baker: «The touch of your lips»
12.Shellac: «Prayer to god»
13.The Beatles: «A day in the life»
14.Radiohead: «Creep»
15.Deerhoof: «+81»
16.The Jacksons 5: «I want you back»
17.PJ Harvey: «Rid of me»
18.The Wedding Present: «Rotterdam»
19.Aviador Dro: «La chica de plexiglás»
20.Beck: «No complaints»
21.Robert Palmer: «Simply irresistible»

Excepto las de Jimi Hendrix, S. Stevens, Astrud, Aviador Dro y Robert Palmer, que las nombra expresamente AFM, el resto de las canciones están elegidas por Gog, o sea, a falta de más información, son las canciones que más le gustan a él de los artistas mencionados por el autor del libro, aunque a veces rige la aproximación: la de los Beatles pertenece al Sgt. Pepper’s porque se menciona explícitamente ese disco en el libro. Una de los Jackson 5 porque AFM describe a un Michael Jackson niño. Y la elección de «Creep» obedece a que el vídeo de ese tema está colgado en el blog del escritor, por lo que se colige que le gusta.

La de los Pet Shop Boys es demasiado obvia, pero es un grupo que no le interesa nada a Gog, así que no conoce demasiado su cancionero. Y Lou Reed y no Velvet porque se le menciona a él y no al grupo, aunque tal vez AFM estuviera pensando en los de Warhol.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El porqué de mis peinados #2: vampiresa mujer


Christa Päffgen en La dolce vita, es decir, Nico, la que fuera modelo, actriz y vocalista de la Velvet Underground.

Lo de actriz... Su exótica y decorativa presencia en la película de Fellini no aporta ni un gramo cinematográfico en comparación con la actuación de Magali Nöel en esa misma cinta, también vocalista como la musa alemana y que tan bien interpretara el cancionero de Boris Vian, aunque ambas quedaran eclipsadas para la posteridad ante el surtidor de la Fontana de Trevi refrescando a Anita Ekberg.

Si como actriz parece que hay poco que decir de Nico, sin embargo a ella le deben muchas cantantes de rock haber abierto las puertas a los tonos góticos de la voz. Después de Nico, y tras un injerto estético con alguna vampira bien cardada, tuvieron un sitio las angulosidades vocálicas de Siouxssie Sioux, Lydia Lunch, Diamanda Galas, Danielle Dax, Nina Hagen o Lene Lovich, entre otras. Todas ellas con sus gorgoritos excesivos y sus ojeras postizas.

El rosa no es su color:







































(En la actualidad, la vocalista de Evanescence, por ejemplo, sigue la misma línea.)

Para todas ellas (pasadas y presentes), la canción de Johnattan Richman:

lunes, 1 de septiembre de 2008

Instantes urbanos #2: NYC (II)

Manhattan: la Gran Franquicia. Qué decepción este Manhattan manso, domesticado, despersonalizado a base de franquicias insulsas. Gog llebaba en la memoria aquel Manhattan de los años ochenta, canalla, bohemio y esplendoroso y con ganas de epatar. Hoy es una marca registrada más.

Aunque miles de miles de veces visto, a su manera sigue siendo un lugar fotogénico.

Por ahí vivió un tiempo José M.ª Conget:



Cuando saben que la miran, la ciudad es capaz de posar como para un cuadro de Antonio López:


Se deduce que para los clientes es optativo:



El perro lleva mejores zapatos que la chica:


El Solov, con esa suave curvatura magistral:


Los trenes tienen allí su hábitat natural:


Hubo una época en Brooklyn...:


Y a unas pocas manzanas vivió Truman Capote:


Y tiene su calle Broadway, pero se conoce que los pobres no van al teatro: