Desde luego que es numeroso el gremio de los suicidas entre los escritores, como se recuerda en este artículo.
En el mundo de la música, sin contar a los suicidas premeditados (a lo Michael Hutchence, Ian Curtis, Kurt Cobain…), parece abundar más el género de los desfasados y autodestructivos hasta el fin de las consecuencias: Janis Joplin, Jim Morrison, Keith Moon, Jimi Hendrix, Richard Hell e infinito etcétera, por citar sólo a algunos clásicos bien conocidos y por no mencionar a los dos ejemplos actuales más obvios que, de momento (y mientras sigan vivos y coleando), tanto juego dan a los periodistas británicos.
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