lunes, 5 de enero de 2009
Sagas #2: la de Wire
A Wire le cuadran los números. Han pasado 30 años desde que publicaron 154. Aquel era su tercer disco, tras los sólidos pilares de Pink Flag y Chairs Missing. En 2008 volvieron con otro de sus impresionantes artefactos sonoros: Object 47. Tras el trallazo del huracanado e hipnóticamente claustrofóbico Send, en este último han optado por un tono más melódico, menos industrial, aunque siguen haciendo el post-punk de siempre. (Esto de la etiqueta post-punk, género del que Gog es un gran degustador, es un ni-pa-ti-ni-pa-mí, o sea, ni el cacharrerío del punk ni el tintineo de la new wave, algo así como un pop airado.)
La prensa especializada habla de una inmersión más decidida en el pop por parte del combo de Colin Newman. Lo que realmente parece haber ocurrido es que ahora —tras el abandono del guitarrista fundador, Bruce Gilbert— a Newman le sale lo que está haciendo con Githead, con los que lleva dos magníficos discos muy inadvertidos por el personal.
En Githead está la bajista y vocalista israelita Malka Spiegel, co-fundadora de Minimal Compact allá por la misma época que empezaba Wire, y que trabajaban el mismo palo sólo que con un poco más de oscuridad. One By One es una escucha muy recomendable aún hoy día.
Por su parte, Colin Newman ha publicado un buen puñado de discos en solitario sin tanto mérito. Con el primero de ellos (A-Z, 1980) estuvo más acertado. El aludido Gilbert y el bajista de Wire, Graham Lewis, planearon juntos en Cupol, un proyecto ambiental y de tintes electrónicos aún más intrascendente.
El himno de Wire «Outdoor Miner» lo han versioneado muy bien Luna y Flying Saucer Attack.
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