Leído en el Tratado de ateología (Anagrama, 2006) de Michel Onfray:
Los creyentes prefieren la fe que calma a la razón que intranquiliza (p. 21).
No siento odio por los que se arrodillan sino la certeza de nunca transigir con los que invitan a esa posición humillante y los mantienen en ella (p. 21).
Los hombres crean a Dios a su imagen inversa. ¿Soy mortal? Dios es inmortal. ¿Soy finito? Dios es infinito. ¿Estoy en la Tierra? Dios está en el cielo (p. 49).
Montaigne afirma que somos cristianos como somos picardos o bretones (p. 61).
El radicalismo antihedonista del cristianismo se debe a Pablo, no a Jesús, personaje conceptual que calla sobre estos asuntos (p. 142).
En cuanto la religión empieza a tener resonancias públicas y políticas, aumenta en forma considerable su poder de causar daño (p. 184).
No hay comentarios:
Publicar un comentario