También están las gafas de quien no ve. Al menos a estos dos personajes es imposible imaginárselos sin ellas.
Ray Charles, rijoso y talentoso, bajó el gospel del cielo al infierno, y todos lo disfrutaron más.
Con la solanera abrasadora que está cayendo sólo apetece meterse en una bañera cubierta de hielos y poner de fondo Hotter Than July del siempre refrescante Stevie Wonder.
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