miércoles, 28 de marzo de 2012

Boris Vian #17


El jazz, en sus inicios, fue una cosa tenida por muy moderna. Y Boris Vian siempre fue un moderno absoluto, así que abrazó el jazz como el soplo novedoso que era entonces. Tal vez de haber vivido en estos tiempos sería más de la opinión de Tony Wilson, otro ultramoderno, para el cual —según la versión de 24 hours Party People— los músicos de jazz son unos onanistas que disfrutan más tocando para sí mismos que para los espectadores. 

El caso es que Vian se relacionó con el jazz como intérprete y como comentarista. Es esta segunda labor la que nos ocupa ahora, pues se ha publicado una recopilación de textos sobre jazz publicados por Vian en la revista Jazz News, de la que llegó a ser redactor jefe. Escritos de jazz (Blacklist, 2011) puede dividirse, grosso modo (incluso a grandes rasgos), en dos partes: una dedicada a artículos y reseñas y otra sobre fundamentos del jazz. De ellas se bifurcan dos posibles lectores: 

a) Los degustadores de la literatura en general. Para estos, la primera parte les resultará hilarante. Esas descacharrantes no-críticas de Vian, tan alejadas de los preceptos y de la ortodoxia, ese tomarse muy seriamente a risa la tiesa seriedad del mundo del jazz, no tienen desperdicio. Los amantes del jazz lo sentirán como una profanación. 

b) Los degustadores del jazz. El manual a modo de una pequeña historia del jazz o el glosario de términos jazzísticos los saborearán profundamente los más entendidos en la materia. Sin embargo, puede resultarle clorofórmico al poco o nada ducho en ese arte de derramar acordes. 

Copiemos algunas perlas de Vian y vayámonos con la música a otra parte. 

> Lo más sorprendente de Miles Davis es que es un tipo encantador; me han asegurado que es un poco bajito, pero se trata de tonterías sin importancia.
> Dinah Washington tiene la voz un poco estridente, pero eso no se ve en la foto adjunta. 
> El marido de Rosalie King se llama, naturalmente, Gordon Simpson
> El permanente equilibrio entre la suavidad y el zarpazo es el gran encanto de Garner
> "El jazz es como los plátanos; se consume en el mismo lugar", escribió Sartre en algún lado.
> Es habitual que falsos artistas crean que copiar la forma es el medio de llegar al arte.

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