viernes, 29 de octubre de 2010

Hubo un tiempo en que bastaba con una portada #4: hoy lo cuenta Míner

No sé si he entendido bien el juego, pero como creo que va de portadas de vinilos (concretamente, ya sé que va de portadas) tiro de la nostalgia y de la cubierta de Yo, mí, me, contigo, disco de 1996 de Joaquín Sabina.

Sabina es más de la tierra que el schotis, la guitarra y los lunares juntos, pero fue la primera música que escuché por cuenta propia (al margen de las Spice Girls, todos tenemos un pasado).

La carátula no me llamó la atención nunca por el supermontaje gráfico de las piernas de señorita de Sabina, ni por la mesa del mismo color que el fondo. Lo grandioso es poner por escrito lo que todos habíamos pensado siempre: los pronombres personales son pornografía literaria. Eso sí, no quiero imaginarme la portada de un posible "yo, mí, me, conmigo".

Ahora me estoy dando cuenta de que para entonces yo era algo así como una tierna infante salida de ocho años, pero como nunca lo dije en voz alta no tengo testigos.

Creo que vale la pena rescatar cosas así, aunque el blog de Gog vaya más por otro lado, si tenemos en cuenta que en la voz cazallera de Sabina lo de "y sin embargo un rato cada día te engañaría con cualquiera, te cambiaría con cualquiera" hasta se permite.

Nota mental: no intentes eliminar las comas de la portada entornando los ojos.

(Autora del texto: Minerva Campos, del blog Sinruedecillas, de momento en pausa.)

1 comentario:

Gog dijo...

Comentario general: no, no tiene por qué ser una portada de vinilo exclusivamente.

Comentario para Miner: cuando dices que no puedes imaginarte una portada titulada "yo, mí, me, conmigo", ¿quieres decir "yo, mí, me, conmigo" o "yo, mí, me, contigo"? (No sé si entiende esta tontería mía, probablemente bastante mala).
Miner, genial lo de que los propnombres personales son pornografía literaria.
Gracias por colaborar.