jueves, 21 de octubre de 2010

Las nuevas aventuras del llanero solitario #5

Se amontonan, así que hay que hacer un saco con ellos, porque llega una oleada de proyectos en solitario, como un cayuco lleno de individualidades con ganas de reivindicarse o de obtener los papeles en regla más allá de las fronteras de sus grupos de origen, y no da tiempo a abrir una entrada para cada uno. Aquí van cuatro.

Interesante el proyecto del guitarrista de Grandaddy, Jim Fairchild, que se oculta bajo All Smiles (Small Aisles, 2009). Y como él es básicamente eso, un guitarrista, su instrumento está especialmente cuidado, mimado, bien tratado, en el disco. Es difícil hacerse con una copia. Va en sobre de cartón.


Laetia Sadier, voz de los reyes del buclerío (que también están a punto de sacar álbum), se lo monta sola por primera vez con un disco sorprendentemente corto, a ratos entretenido a ratos anodino, que uno no acaba de decidirse si está bien o mal, titulado The Trip (Drag City, 2010), y en el que alterna el inglés y el francés. La historia del rock, en cuanto a versiones se refiere, no ha variado un ápice con el «Summertime» que ha incluido Sadier aquí.


El bajista Robert Scott, que gasta gafas, vuelve a intentarlo solo, siguiendo una línea similar a lo último que anda haciendo su grupo, los neozelandeses The Clean, pero de baja intensidad. Este Ends Run Together (Flying Nun, 2010) contiene algún que otro acierto que merece al menos una escucha.


Y se nos presenta el Libertine Carl Barat con algo que se parece a un disco, pues contiene algo parecido a canciones. Recomendable sólo para fanes irredentos o yonquis del completismo. El genio es el otro, no hay duda.

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