200 Cigarrettes (1999) es una película coral —nada que ver este adjetivo con los atolones del Pacífico, por si le hiciera falta la aclaración a alguien— en la que todos los personajes convergerán al final en una fiesta privada en Nueva York la Nochevieja de 1981 (lo de la fecha es un detalle que no puede pasar inadvertido, como se verá más adelante). Más concretamente, la peli narra lo que le sucede a cada uno de esos personajes durante las dos horas, por decir algo aproximado, previas a la fiesta.
Puede que sea un disparate afirmar que no existe otra peli como esta, en la que no transcurren ni 10 segundos de filmación sin que se oiga música de fondo: una tras otra, como en la sesión de un pinchadiscos, se van ensartando temas de la época, desde The Clash a B-Movie o The Cars, y mucho Costello o Blondie.
El grupo neoyorquino que sale actuando en directo en un garito es Girls Against Boys. Aunque pertenecen a una década posterior, en la escena tocan «Boggie Wonderland», sí, el temazo funky de Earth Wind & Fire, pero interpretada al modo del post punk de aquellos incipientes ochenta:
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