viernes, 4 de diciembre de 2009

Húngaros #7 // A mí no hace falta que me cambies el plato #3: el goulash


La palabra goulash viene de Gulyás, que en húngaro quiere decir 'pastor' o 'vaquero'.

Es muy interesante tener en cuenta que originariamente se hacía con nata agría, pero desde que los españoles llevaron al imperio austro-húngaro el tomate y el pimentón, ya nadie se imagina este plato sin ese peculiar sabor, lo que ellos llaman tomatenpaprika.

Más información sobre esta especialidad culinaria húngara que puede resultarle relevante a alguien es que el goulash se prepara tradicionalmente en un caldero especial llamado bogracs (ruega Gog se le traiga uno si alguien visita Hungría cualquier día de estos).





Por último, fiándonos con fe ciega de lo que se cuenta aquí, hay que decir que «los húngaros consideran al goulasch vienés (ortografía alemana) como una versión edulcorada del auténtico goulash, que en su país va acompañado de tarhonya (granos de pasta con huevos, secados y luego salteados en manteca de cerdo con cebollas y perejil) o bien con csipetke (especie de pasta con huevos, escalfadas en caldo)».




Quizá aquí podemos pasar muy bien con lo que viene siendo un estofado de carne de toda la vida.

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