miércoles, 28 de septiembre de 2011

El arte del calzador #20 // El porqué de mis peinados #12: Fionn Regan

A Gog le cae bien la gente que cuando regala algo, lo hace pensando que ese regalo concreto le gustará a esa persona concreta. A Gog le cae bien la gente que cuando recomienda algo, lo hace con frases del tipo: «Lee este libro porque creo que a ti te va a gustar mucho». Es ese «a ti» el que marca la diferencia, porque significa que alguien está pensando en tu forma de ser y no en la suya propia (convendremos en que no es lo mismo «Léete esto, que a mí me ha gustado mucho»). El caso es que hace unos días, una amiga le insistió a Gog en que escuchara 100 Acres of Sycamore (Heavenly, 2011), de un tal Fionn Regan, porque pensaba que a él podría gustarle, así que este se puso a ello ipsofactamente.

Los primeros acordes de chelo que suenan son un preludio de lo que le espera al oyente: una obra triste y bonita. Es un disco con poesía en las letras y delicadeza en la música. Intimista, cultivado con el mimo de un horticultor a base de penumbra y goteo. Aquí la guitarra se acaricia, no se rasga; las teclas del piano se rozan, no se pulsan; el arco del violín se desliza, no se frota. La voz se mece suavemente entre todos esos instrumentos, como una mano que acaricie las espigas de un trigal. Y de esa misma voz brotan palabras que evocan paraísos perdidos y emociones telúricas. Ay el dolor que desata esa voz cuando clama «I’m a man, I’m a man with a child’s heart».

El uso de vocabulario que hace Regan en sus letras es abrumador, por su variedad y su pericia para encajarlo. Pruébese simplemente con ese sycamore (‘sicomoro o sicómoro’ en español) intentando no hacer el ridículo: «How can you hear the door on one hundred acres of sycamores?»

¿Y quién es ese tal Fionn Regan, con nombre que recuerda a campiña irlandesa y apellido a… en fin, y apellido, y con tendencia a ponerle retos a su peluquero? Vaya por delante que Gog no tenía noticia de este cantautor, así que la tarea se hacía más intrigante. Cuentan las fuentes consultadas que se trata de un irlandés de treinta años, que lleva ya tres discos publicados y está muy bien considerado en Gran Bretaña.

La verde Irlanda ha vuelto a dar otro de sus lirios.